
La diputada Carla Rivas “se puso las pilas” y se fue a las colonias afectadas en su distrito electoral, para ofrecer apoyo y acompañamiento a las familias a las que se les inundaron sus casas.
Al puro estilo de un político encampañado, la diputada panista comenzó a mandar fotos de ella misma metiéndose en el lodazal, su camarógrafo le enfocaba sus zapatos llenos de lodo para que quedara constancia de que se ensució, y hasta fingió barrer el domicilio de alguna de las familias afectadas.
De inmediato surgieron las bromas de algunos mal pensados, en el sentido de que la diputada no barre ni su casa, andará barriendo las casas ajenas.
Comentan que para colmo, en las fotos que mandó con las botas empantanadas, es más que evidente que no sabe agarrar una escoba, y los más observadores hasta comentan que se le aprecia un manicure de buena calidad y al parecer recién hecho.
Lo más curioso es que la diputada y sus cinco “chícharos” que la acompañaban, no llevaban nada con qué ayudar, ni palas, carruchas ni despensas, ¡ah pero eso sí! les preguntaba que si necesitaban ayuda. Estas viendo y no ves.
Son justo esas acciones, las que generan el repudio de los ciudadanos, porque es una forma de utilizar el dolor y la desgracia de los demás, para sacar raja política y fingir lo que realmente no son.
Al final, el agua se va, pero la hipocresía política se queda bien empantanada.